
También me he preguntado si el hombre sabio es feliz de su sabiduría, si el hombre rico es feliz de su riqueza, si el monje es feliz de su castidad, si la mujer es feliz de ser mujer, si el gay es feliz de ser gay, si el viejo es feliz molestando al joven, si el delincuente es feliz violando la ley, si el corrupto es feliz de sacar la mejor tajada, si el político es feliz engañando al pueblo, si el pueblo está feliz de sus gobernantes, si la mujer está feliz con su marido, si el marido es feliz con su mosa, si el profesor es feliz de dedicarle gran parte de su vida al estudiantado...en fín si el colombiano es feliz de ser colombiano.
Observo en estas cuestiones la voluntad de cada quien de ser como es, pero estamos seguros que siendo como somos alcanzaremos la felicidad?...aquí les dejo un cuento de Voltaire que trata en algo sobre las anteriores disquisiciones exactamente sobre si el hombre sabio es feliz de ser sabio http://www.librosgratisweb.com/html/voltaire/historia-de-un-buen-brahma/index.htm .
Ahora bien, si seguimos la idea aristotélica anterior, realmente no esforzamos por lograr nuestros objetivos? y de que forma?, no prefereríamos esforzanos poco y que se nos den esos mismos objetivos?, o mejor aún, sin esforzarnos alcanzarlos?. Al igual que aristóteles el maestro colombiano Estanislao Zuleta le da valor al esfuerzo, a la dificultad, en su ensayo " Elogio de la dificultad ". Parafraseando un poco al maestro, él decía que - Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso (visión de la felicidad cristiana), nuestro pecado es que anhelamos regresar a él -, refiriéndose que nos gusta la facilidad, lo superficial, que todo ya está hecho y pensado y entonces para que esforzarnos?, porqué luchar por nuestras metas?, el esfuerzo dejémoslo para los "tontos". Pero entonces como decía Voltaire al final de su cuento, quien prefiere ser "tonto" y vivir contento?.